El tercer Domingo de Adviento, es el llamado domingo de Gaudete, que en latín quiere decir
“alégrense” o “estad alegres”. Se trata de un domingo especial dentro de este
tiempo de espera y preparación, en el que los cristianos debemos tomar
conciencia de que la venida del Señor está cada vez más cerca, y como símbolo
de que estamos de nuestra alegría, encendemos la vela rosada de rosada, es decir, la tercera
vela de la corona de Adviento que “preanuncia” la alegría mesiánica por la
pronta llegada del Salvador.
San Bernardo en su Sermón
quinto de adviento, en resumen, nos advierte: "En el Adviento viene
el Creador que es al mismo tiempo Hombre y vienen para ayudar al hombre. En
realidad ya estaba aquí, pero su presencia se hace más patente. Si nos llenamos
de Él experimentaremos plenitud y saciedad espiritual. El que sólo ve su venida
como un acto externo para pensar en comidas y adornos, nunca sentirá plenitud
porque Dios será "su estómago". Sabemos que Dios es bueno y
misericordioso por "su venida en ti y a ti". En realidad hay tres
venidas: a los hombres, en los hombres y contra los hombres. La primera y la
tercera son externas. La segunda es interna y es como construir un trono para
Nuestro Señor que se sustenta en siete columnas: la justicia, el prestar ayuda
y consejo (sabiendo que el mejor consejo es la conducta y la verdad), la
fidelidad, la disciplina, prudencia (sería absurdo poner en riesgo la sangre de
Cristo si estuviera en nuestro poder), el temor y el juicio (diferente de la
justicia pues con el mismo nos declaramos indignos y humildes) y practicamos el
juicio después de la justicia. Con estas siete columnas preparamos el bello
edificio para recibir a nuestro Creador".
Trae
a tu pueblo la ansiada salvación.
Verbo
Eterno de la boca del Padre,
Fuiste anunciado por labios de profeta.
¡VEN PRONTO, SEÑOR!
¡LLEGA, OH SALVADOR!
¡VEN, SEÑOR JESÚS!
¡VEN, LIBERADOR!
¡CIELOS, LLOVED VUESTRA JUSTICIA!
¡ÁBRETE, TIERRA,
HAZ GERMINAR AL SALVADOR!
El
clamor de los pueblos se levanta.
Hijo
de David, las naciones te esperan.
Queremos
la llegada de tu Reino.
Ven
a liberar del pecado a los pueblos.
Emmanuel,
Salvador de las naciones,
Eres
esperanza del pueblo peregrino.
Sol
naciente, esplendor de la justicia,
Tú
nos salvarás con tu brazo poderoso.
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