14 de abril de 2022

JUEVES SANTO

 JESÚS JUZGADO POR HERODES, EL ZORRO Y EL SILENCIO DE JESÚS.


Pilato decidió enviar a Jesús para que fuera juzgado por Herodes. Este Herodes Antipas era hijo de Herodes el Grande, aquel que mandó a matar a los inocentes. Herodes, hijo, era un hombre cruel, y, aún peor que el padre, vivió traumatizado toda su vida al ver la actuación del padre que actuaba sin piedad, matando a su familia.

Este era un hombre supersticioso, temeroso, vivía con la conciencia intranquila, mandó a matar a Juan el Bautista; vivía la lujuria de manera descarada. Tenía interés por conocer a Jesús (Lc 9,9), le relacionaba con Juan el Bautista, pero Jesús no tenía interés por encontrarse con su persona, sabía muy bien sus intenciones, su odio, desprecio, envidia, y, su terrible deseo de matarle (Lc 13, 31), a lo que Jesús respondió “Id a decir a ese zorro: Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día acabo” (Lc 13,32). Jesús se dirige a él como “zorro”, no, a modo de desprecio, sino como calificación a su persona llena de astucia, y que presume de poder, del que carece. Por ese motivo, cuando Pilato lo entrega, es una buena ocasión para que Herodes muestre su poder y burla delante de Jesús, al que odiaba, despreciaba y le tenía envidia.

Herodes le puso delante de su trono y le empezó a hablar, se mostró afectuoso, quería llevarlo a su terreno, diciéndole que había escuchado hablar bien de él, de sus milagros, y, que, quería conocerle; para entonces, Jesús no le dirigía la mirada, lo cual hacia que se pusiera nervioso e irritable, el silencio de Jesús era imponente, llegando Herodes a sentirse despreciado y humillado. Este juicio del prisionero, Jesús, se llevó a cabo ante toda su corte, no para juzgarle, si no para jugar y burlarse de él (le hacían genuflexiones, le llamaban rey de los judíos, le pusieron un manto brillante encima de su cuerpo golpeado, y melena ensangrentada y sucia por la arena).

Fue entonces cuando Herodes empezó a hacer el ridículo, Jesús callaba, no se defendía. Ante la burla y el juego, surge la broma como respuesta ante la impotencia de no lograr nada, porque Herodes actuaba con mentira, engaño, manipulación, y, Jesús es la verdad en persona.

La burla no duro mucho, Herodes se cansaba de lo que hacía, quería diversión, y, como ante Jesús no logró satisfacer su deseo de verse grande y poderoso, pidió que devolvieran a Jesús ante Pilato.

“Sus pasos eran vacilantes, llevaba de pie desde la noche anterior, no había dormido, su alma estaba inmersa en una profunda tristeza. Las gentes que le veían pasar se burlaban y se reían. La piedad de antes se había vuelto sarcasmo.  Le apedreaban con insultos y con piedras, le empujaban y zarandeaban”.

 Acompañamiento Humano Espiritual

Marlene Suárez Francia