13 de agosto de 2013

SEMILLAS DE CONTEMPLACIÓN

Desata mis manos y libra mi corazón de la pereza.
 Líbrame del ocio que se disfraza de actividad cuando la actividad
no se me exige, y de la cobardía que hace lo que no se le pide
 para escapar al sacrificio.
Pero... dame la fuerza que te espera en el silencio y la paz.
 Dame la humildad, sola residencia del descanso,
y líbrame del orgullo, que es la más pesada de las cargas.
Y llena mi corazón entero y mi alma de la simplicidad del amor.
 Ocupa mi vida entera con el solo pensamiento y el solo deseo del amor,
para que pueda amar, no por el mérito o la perfección,
 no por la virtud o la santidad, sino por Dios solo.
 
Thomas MERTON
 
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"¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón,
 plenamente, totalmente,
te aceptamos a Ti y te damos gracias,
te adoramos y te amamos con todo nuestro ser,
nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu.
Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor
 conforme seguimos nuestros propios caminos,
unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo,
y que te hace testigo de la suprema realidad
 que es el amor". 

                                                                                                       Thomas MERTON
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 “Nuestro Edén es el corazón de Cristo.
Venga tu gracia, Jesús.
Tu nombre en mis entrañas.
Tu Santo Nombre corona la torre de mi corazón.
Venga la gracia, y pase este mundo,
Jesús, Tú que vives en mi exhausto corazón".
"Desde mi cuna, Cristo, te he conocido en todas partes,
y aun cuando haya pecado,
He podido entrar en T í y he sabido
Que Tú eras mi mundo:
Tú has sido mi Francia y mi Inglaterra,
Mis mares y mi América:
Tú has sido mi vida y mi aire".
"Voy a ir a Ti, Señor, por mil callejones sin salida.
Tú quieres llevarme a Ti atravesando muros de piedra".
 
Thomas MERTON 

¡Oh Dios! Somos uno contigo.
Tú nos has hecho uno contigo.
Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos
 unos a otros Tú moras en nosotros.
 Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella
 con todo nuestro corazón.
Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo
 si hay rechazo.
 ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón,
plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias,
te adoramos y te amamos con todo nuestro ser,
nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu.
Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor
 conforme seguimos nuestros propios caminos,
 unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo,
 y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor.
El amor vence siempre. El amor es victorioso.
 AMÉN.
Thomas MERTON

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         ¡Justifica mi alma, oh Dios, pero también lléname la voluntad del fuego de Tus fuentes! Brilla en mi mente, aunque quizá esto signifique “sé oscuridad a mi experiencia”; pero ocupa mi corazón con Tu deslumbradora Vida. Que no vean nada mis ojos en el mundo sino Tu gloria; que no toquen nada mis manos si no es para Tuservicio. Que no pruebe mi lengua pan si no me fortalece para loar Tu gloria. Oiré Tu voz y todas las armonías que creaste, cantando Tus himnos. Lana de oveja y algodón del campo me calentarán lo bastante para que pueda vivir en Tu servicio; daré el resto a Tus pobres.  

         Use yo todas las cosas por una sola razón: hallar mi alegría en darte a Ti gran gloria. Guárdame, pues, del pecado, sobre todas las cosas. Guárdame de la muerte del pecado mortal, que instala el infierno en mi alma. Guárdame del asesinato de la lujuria, que ciega y envenena mi corazón. Guárdame de los pecados que roen la carne del hombre con irresistible fuego hasta devorarlo. Guárdame del amor al dinero, en que está el odio; de la avaricia y la ambición, que sofocan mi vida. Guárdame de la obra muerta de la vanidad, de la ingrata labor en que los artistas se destruyen por orgullo, dinero y fama, y los santos se asfixian bajo el alud de su propio celo importuno. Restaña en mí la pestilente haga de la codicia y de las hambres que agotan mi naturaleza desangrándola. Aplasta la serpiente de la envidia, que emponzoña el amor y mata todo gozo.
 
         Desata mis manos y libra mi corazón de la pereza. Líbrame del ocio que se disfraza de actividad cuando la actividad no se me exige, y de la cobardía que hace lo que no se le pide para escapar al sacrificio. Pero dame la fuerza que Te espera en el silencio y la paz. Dame la humildad, sola residencia del descanso, y líbrame del orgullo, que es la más pesada de las cargas. Y llena mi corazón entero y mi alma de la simplicidad del amor. Ocupa mi vida entera con el solo pensamiento y el solo deseo del amor, para que pueda amar, no por el mérito o la perfección, no por la virtud o la santidad, sino por Dios solo.

Thomas MERTON

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