Desata
mis manos y libra mi corazón de la pereza.
Líbrame del ocio que se disfraza de actividad
cuando la actividad
no se me exige, y de la
cobardía que hace lo que no se le pide
para escapar al sacrificio.
Pero... dame la fuerza que te espera en el silencio y la paz.
Pero... dame la fuerza que te espera en el silencio y la paz.
Dame la humildad, sola residencia del
descanso,
y líbrame del orgullo, que
es la más pesada de las cargas.
Y llena mi corazón entero y
mi alma de la simplicidad del amor.
Ocupa mi vida entera con el solo pensamiento y
el solo deseo del amor,
para que pueda amar, no por el mérito o la perfección,
no por la virtud o la santidad, sino por Dios
solo.
Thomas MERTON
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"¡Oh Dios! Aceptándonos
unos a otros de todo corazón,
plenamente, totalmente,
te aceptamos a Ti y te
damos gracias,
te adoramos y te amamos con todo nuestro ser,
nuestro espíritu
está enraizado en tu Espíritu.
Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor
conforme seguimos nuestros propios caminos,
unidos en este único Espíritu que te
hace presente en el mundo,
y que te hace testigo de la
suprema realidad
que es el amor".
Thomas MERTON
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“Nuestro Edén es el corazón de Cristo.
Venga tu gracia,
Jesús.
Tu nombre en mis
entrañas.
Tu Santo Nombre
corona la torre de mi corazón.
Venga la gracia,
y pase este mundo,
Jesús, Tú que
vives en mi exhausto corazón".
"Desde mi
cuna, Cristo, te he conocido en todas partes,
y aun cuando
haya pecado,
He podido entrar
en T í y he sabido
Que Tú eras mi
mundo:
Tú has sido mi
Francia y mi Inglaterra,
Mis mares y mi
América:
Tú has sido mi
vida y mi aire".
"Voy a ir a
Ti, Señor, por mil callejones sin salida.
Tú quieres
llevarme a Ti atravesando muros de piedra".
Thomas MERTON
¡Oh Dios! Somos
uno contigo.
Tú nos has hecho uno contigo.
Tú nos has
enseñado que si permanecemos abiertos
unos a otros Tú moras en nosotros.
Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar
por ella
con todo nuestro corazón.
Ayúdanos a
comprender que no puede haber entendimiento mutuo
si hay rechazo.
¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo
corazón,
plenamente,
totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias,
te adoramos y te
amamos con todo nuestro ser,
nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu.
Llénanos, pues,
de amor y únenos en el amor
conforme seguimos nuestros propios caminos,
unidos en este único Espíritu que te hace
presente en el mundo,
y que te hace testigo de la suprema realidad
que es el amor.
El amor vence
siempre. El amor es victorioso.
AMÉN.
¡Justifica mi alma, oh Dios, pero también lléname la
voluntad del fuego de Tus fuentes! Brilla en mi mente, aunque quizá esto
signifique “sé oscuridad a mi experiencia”; pero ocupa mi corazón con Tu
deslumbradora Vida. Que no vean nada mis ojos en el mundo sino Tu gloria; que
no toquen nada mis manos si no es para Tuservicio. Que no pruebe mi lengua pan
si no me fortalece para loar Tu gloria. Oiré Tu voz y todas las armonías que
creaste, cantando Tus himnos. Lana de oveja y algodón del campo me calentarán
lo bastante para que pueda vivir en Tu servicio; daré el resto a Tus pobres.
Use yo todas las cosas por una sola razón: hallar mi alegría
en darte a Ti gran gloria. Guárdame, pues, del pecado, sobre todas las cosas.
Guárdame de la muerte del pecado mortal, que instala el infierno en mi alma.
Guárdame del asesinato de la lujuria, que ciega y envenena mi corazón. Guárdame
de los pecados que roen la carne del hombre con irresistible fuego hasta
devorarlo. Guárdame del amor al dinero, en que está el odio; de la avaricia y
la ambición, que sofocan mi vida. Guárdame de la obra muerta de la vanidad, de
la ingrata labor en que los artistas se destruyen por orgullo, dinero y fama, y
los santos se asfixian bajo el alud de su propio celo importuno. Restaña en mí
la pestilente haga de la codicia y de las hambres que agotan mi naturaleza
desangrándola. Aplasta la serpiente de la envidia, que emponzoña el amor y mata
todo gozo.
Desata mis manos y libra mi corazón de la pereza. Líbrame
del ocio que se disfraza de actividad cuando la actividad no se me exige, y de
la cobardía que hace lo que no se le pide para escapar al sacrificio. Pero dame
la fuerza que Te espera en el silencio y la paz. Dame la humildad, sola
residencia del descanso, y líbrame del orgullo, que es la más pesada de las
cargas. Y llena mi corazón entero y mi alma de la simplicidad del amor. Ocupa
mi vida entera con el solo pensamiento y el solo deseo del amor, para que pueda
amar, no por el mérito o la perfección, no por la virtud o la santidad, sino
por Dios solo.
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