14 de agosto de 2011

Asunción de María al Cielo -Patrona del Cister-


"Y apareció en el cielo una mujer vestida de sol,
con la luna bajo sus pies y 12 estrellas a su alrededor.
Más impresionante que un ejército en orden de batalla".
(Apocalipsis, 12).

Asunción de María al Cielo: 15 de Agosto

No hay duda  en que a los cristianos contemporáneos les  quedaría un recuerdo imborrable  del aquél portentoso acontecimiento de la Dormición de la Madre de Jesús el Resucitado, por lo que  se comprende que desde sus orígenes los cristianos celebrarían la fiesta Asunción de María de alguna forma, aunque sólo fuera en la intimidad de la comunidad. Mas, oficialmente en la tradición, esta  fiesta remonta al siglo VI. Monseñor Miguel Dubost -obispo francés- en su libro MARÍA[1] dice:
La festividad de la Asunción nació en Jerusalén, pero es difícil saber en qué época. El origen de esta festividad procede quizás de de la consagración de una iglesia dedicada a María, que el obispo Juvenal hiciera en Kathisma [2].
  Sí, probablemente la celebración liturgica de la  fiesta de la Asunción de María, tiene e como origen la consagración de otra iglesia en Getsemaní, al lado de Jerusalén, en el siglo VI. Sea como  sea, la festividad fue extendida por todo el imperio a iniciativas del Emperador Mauricio[3], bajo el nombre de Dormición de la Virgen María. Ha sido siempre celebrada el 15 de agosto.
 El año litúrgico de los Orientales que comienza el 1 de septiembre, se abre verdaderamente con la Natividad de la Virgen y se cierra con su entrada en la gloria el 15 de agosto”. Pero será solamente a mediados del siglo XX que la Asunción de la Virgen María será proclamada como “dogma de la Iglesia” por el papa Pío XII. Este Papa, cediendo a su personal y filial devoción, y respondiendo también al unánime deseo de toda la cristiandad, que  el 1 de noviembre de 1950 define el Dogma de fe cristiana  la Asunción de María a los cielos en su cuerpo y alma, para gloria de tan excelsa Señora y esperanza de sus hijos militantes en la tierra. El Vaticano II lo afirma y confirma
La Virgen inmaculada, preservada por Dios de toda huella del pecado original, habiendo concluido el tiempo de su vida terrestre, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria del Cielo, y exaltada por el Señor como Reina del Universo, para que fuese así enteramente conforme a su Hijo, vencedor del pecado y de la muerte”[4].
María Asunta a los cielos es la gloriosa Mujer del Apocalipsis; es la Hija del Rey, ricamente engalanada; es la triunfadora del Dragón infernal; la nueva Judit; la niña preferida de Dios, que le rinde por tantas gracias un Magnificat de gratitud. Y al ascender la Madre, provoca a volar a sus hijos de la tierra, que le piden resucitar con Cristo y compartir luego con la Madre su gloria en el Cielo

Los tres Fundadores de la Orden
 Cisterciense


Maria asunta al Cielo Patrona del la Orden cis terciense
La Orden del Cister se halla marcada desde sus orígenes, con el sello de la devoción a la Stma. Virgen, porque  esta devoción se revela ya en sus fundadores y en la del hijo más preclaro que ha tenido que es S. Bernardo de Clarabal.

Los biógrafos de S. Roberto -primer fundador- dicen que éste, desde su juventud se consagró a la Virgen y la servia con especial devoción. Cuando fundó el Monasterio de Molesmes lo hizo en honor a Santa María  y cuando más tarde hubo de erigir el Nuevo Monasterio en Cister repitió el mismo gesto de consagración a la Madre de Dios.
San Alberico –Segundo fundador-  Según reza una tradición, -que al menos es símbolo de pureza y del amor que éste santo tenía a la Virgen- mereció recibir de las manos de María la Cogulla blanca[5].  De aquí el apelativo con que suele denominarse a los cistercienses: los monjes blancos. Dirá más tarde, Abad Adán persigne, que  se denominan blancos, no tanto por sus blancos hábitos cuanto porque son servidores espirituales del candor virginal de María Santísima.
Los monjes y monjas del Cister protegidos por
el manto de la Virgen

San Esteban Harding –tercer fundador- sucesor de San Albarico y formador en la vida monástica del gran San Bernardo, fue otro privilegiado de la Virgen María. Ambos coincidieron en un mismo amor a la Madre del Cielo y ejercerían una influencia decisiva para la orientación mariana de la Orden. Esteban puso la incipiente fundación bajo su patronazgo.

Esta devoción de los Fundadores de Cister cristalizó en una definición del Capítulo General de 1119 que ordena que sean construidos todos los cenobios en honor a la Reina de Cielos y Tierra en la advocación de la Asunción de la Sma. Virgen a los Cielos[6].

            (Continuará este tema)



[1] Ed. Mame, París, 2002
[2] supuesta etapa de la Virgen, entre Nazaret y Belén
[3] Años 582 – 602
[4] LG, 59
[5] Hábito de visten  los monjes solo cuando rezan en las horas litúrgicas.
[6] HENRÍQUEZ, Menologuium Cistercense, Louvain, 1933.p.17

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