La Madre María Evangelista inició su vida monástica en el Monasterio de San Joaquín y Santa Ana en Valladolid, que podemos considerar el primero de la reforma de la “Recolección Cisterciense” o de “Bernardas Recoletas de España”. Será en este santo lugar donde comenzará su relación mística con el Señor. Aquí redactará también la casi totalidad de sus escritos
La
existencia de los ángeles es un dogma de fe, como manifiesta el IV Concilio de
Letrán (1215). Están presentes en toda la Escritura, desde el primer libro
hasta el último de ellos. Acompañarán la vida de Cristo desde antes de su
nacimiento hasta su ascensión a los cielos y él mismo volverá en el día glorioso
de su retorno junto a ellos; en la vida terrena del Señor Jesús los
encontraremos en los momentos más importantes como su nacimiento, su
predicación, la oración del huerto, la pasión o en la resurrección. La amplia
tradición de la Iglesia no ha dejado de explicarnos en multitud de ocasiones su
importancia en nuestra vida como intercesores ante Dios y como los más eficaces
colaboradores en el camino hacia Dios. Por todo ello, nuestra Fundadora se
encuentra dentro de esta amplia corriente eclesial aportando su relación íntima
con ellos desde su experiencia en Dios.
Desde
el cenobio monástico toledano, que quiere ser imagen de la vida angelical,
queremos agradecer a la “pequeña asociación Trifolium” la publicación de los
textos de Madre María Evangelista dentro de su colección Archicum angelicum. Somos conscientes de lo que significa el que
esta venerable cisterciense esté junto a los escritos sobre ángeles de los
principales autores de la espiritualidad cristiana y sean editados en el
corazón de nuestra querida Europa. También al editor de este trabajo y a la
vicepostuladora de la causa de beatificación.
Rezamos
junto ante el sepulcro de María de San Juan Evangelista por todos aquellos que se
acerquen a este libro. Pedimos a los santos ángeles que les ayuden a seguir
siempre al Señor de los ángeles.
Abadesa del Monasterio Cisterciense de
la Santa Cruz
de Casarrubios del Monte −Toledo−
20 de agosto de 2020
San Bernardo de Claraval