SÁBADO SANTO,
DIA DEL GRAN SILENCIO
El Sábado Santo se conmemora el
misterio de Jesús en el sepulcro y su descenso al abismo y con esto cierra
el Triduo Pascual: Jueves Viernes Sábado Santo, por lo que es un día de dolor y
tristeza, destinado al silencio, luto, y reflexión, así como lo hicieron en el
sepulcro María y los discípulos. Es una jornada, en la que la comunidad
cristiana vela junto al sepulcro en silencio. Se le acompaña especialmente a
María tras la pérdida de su hijo.
Reflexión mística
“¿Qué es lo que sucede hoy? Un gran
silencio envuelve la tierra; un gran silencio porque el Rey duerme. «La tierra
temió sobrecogida» porque Dios se durmió en la carne y ha despertado a los que
dormían desde antiguo. Dios en la carne ha muerto y el Abismo ha despertado.
Va a
buscar a nuestro primer padre como si fuera la oveja perdida. Quiere
absolutamente visitar «a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte». El,
que es al mismo tiempo Hijo de Dios, hijo de Eva, va a librar de su prisión y
de sus dolores a Adán y a Eva.
El
Señor, teniendo en sus manos las armas vencedoras de la cruz, se acerca a
ellos. Al verlo nuestro primer padre Adán, asombrado por tan gran
acontecimiento, exclama y dice a todos: Mi Señor esté con todos. Y tomándolo
por la mano le dice: «Despierta tú que duermes, levántate de entre los muertos
y Cristo será tu luz».
Yo soy
tu Dios que por ti y por todos los que han de nacer de ti me he hecho tu hijo;
y ahora te digo: tengo el poder de anunciar a los que están encadenados: Salid;
y a los que se encuentran en las tinieblas: iluminaos; y a los que dormís:
levantaos.
A ti
te mando: «despierta tú que duermes», pues no te creé para que permanezcas
cautivo en el Abismo; «levántate de entre los muertos», pues yo soy la
vida de los muertos. Levántate, obra de mis manos; levántate, imagen mía,
creado a mi semejanza. Levántate, salgamos de aquí porque tú en mí, y yo en ti,
formamos una sola e indivisible persona.
Por ti
yo, tu Dios, me he hecho tu hijo; por ti yo, tu Señor, he revestido tu condición
servil; por ti yo, que estoy sobre los cielos, he venido a la tierra y he
bajado al Abismo; por ti me he hecho hombre, «semejante a un inválido que tiene
su cama entre los muertos»; por ti que fuiste expulsado del huerto he sido
entregado a los judíos en el huerto, y en el huerto he sido crucificado.
Contempla los salivazos de mi cara que he soportado para devolverte tu primer
aliento de vida; contempla los golpes de mis mejillas que he soportado para
reformar de acuerdo con mi imagen tu imagen deformada.
Contempla
los azotes en mis espaldas que he aceptado para aliviarte del peso de los
pecados que habían sido cargados sobre tu espalda. Contempla los clavos que me
han sujetado fuertemente al madero; por ti los he aceptado, que maliciosamente
extendiste una mano al árbol.
Dormí
en la cruz y la lanza atravesó mi costado por ti, que en el paraíso dormiste y
de tu costado diste origen a Eva. Mi costado ha curado el dolor del tu costado.
Mi sueño te saca del sueño del Abismo. Mi lanza eliminó aquella espada que te
amenazaba en el paraíso.
Levántate,
salgamos de aquí. El enemigo te sacó del paraíso; yo te coloco no ya en el
paraíso, sino en el Trono Celeste. Te prohibí que comieras del árbol de la
vida, que no era sino imagen del verdadero árbol; yo soy el verdadero árbol que
te alimenta, yo que soy tu Vida y que estoy unido a ti. [Este es el Paraíso Celeste
para ti, que comienza ya aquí en la tierra]
El
trono de los querubines está preparado, los portadores atentos y preparados, el
tálamo construido, los alimentos prestos, se han embellecido los eternos
tabernáculos y las moradas, los tesoros abiertos y el reino de los cielos que
existe antes de los siglos está preparado para ti.
Con la
Celebración Vigilia Pascual, esta noche, toda nuestra tristeza se convertirá en
gozo, porque la muerte no ha vencido la vida, todo lo contrario la Vida ha
vencido a la muerte. Cristo con su muerte nos grano la vida, la salvación
eterna”.
De Una homilía antigua
Oración
Señor todopoderoso, cuyo Unigénito
descendió al lugar de los muertos y salió victorioso del sepulcro: te pedimos
que nos concedas, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con
él a la vida eterna.
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Te has dado cuenta de tu implicación en la pasión y muerte de
del Señor y de su infinito amor para contigo, que a pesar de todo ha querido seguir viviendo contigo y en ti?
¿Qué te dice y cuestiona la
el misterio de la Cruz Redentora que fue elegida por el Señor como
instrumento de salvación y crees estos días de Semana Santa, ha cambiado en
algo la comprensión de tal instrumento Redentor?
¿Te has dado cuenta la
necesidad que tendría la Virgen María, Señora de la Soledad, de compañía y
compasión el sábado Santo?